Para un amante del CINE, así con mayúsculas, como yo, y más concrétamente de los clásicos, que fallezca una de sus estrellas es algo que me entristece mucho. Por más que últimamente sea algo habitual. Ley de vida.
Es evidente que los años no pasan en balde, tampoco para aquellos a los que la costumbre de verlos en los papeles que les hicieron inmortales, siempre jóvenes, hace que pensemos que se conservan en la plenitud de su existencia, pero de cuando en cuando, al verlos en alguna aparición reciente, la realidad nos golpea y nos devuelve al presente.
Es duro. A veces pienso que sentirán estas grandes estrellas al verse en las películas con 20 ó 30 años....¿les pasará lo mismo que a la protagonista del Crepúsculo de los dioses?.
En fin, no me quiero poner profundo, prefiero seguir recordando a Liz Taylor como la niña compañera de Lassi, la guapa adolescente de Mujeritas ó la Cleopatra más sexi, aunque siendo justo conmigo mismo he de decir que Elizabeth Taylor no era mi actriz preferida. Por delante coloco a Natalie Wood, Audrie Hepburn o Pier Angeli por poner tres ejemplos de actrices que me gustan más, pero la Taylor era la Taylor.
Sin duda muy guapa y buena actriz, se casó un montón de veces, tuvo sus más y sus menos con las drogas y al alcohol, alzó la voz en numerosas causas a favor de los más débiles y fué reconocida, querida y respetada en vida. Creo que vivió la vida intensamente, eso que se llevó de lo cual me alegro.
Ya solo nos queda decir aquello de "nos quedan sus películas", mientras sigamos disfrutándo de ellas, Liz Taylor siempre será una estrella.
Descanse en Paz.
